La sensación se refiere a experiencias inmediatas básicas, generadas por estímulos simples. La sensación también se puede definir como términos de la respuesta de los órganos que tienen los sentidos frente a un estímulo.
La percepción incluye la interpretación de esas sensaciones, dándoles significado y organización. La organización, interpretación, análisis e integración de los estímulos, implica la actividad no sólo de nuestros órganos sensoriales, sino también de nuestro cerebro.
En ambos procesos se ven involucradas las estructuras cerebrales, para dar una respuesta inmediata al estimulo que es captado por uno de nuestros sentidos, que esto pasa en teoría por diferentes áreas especificas de nuestro cerebro que tienen la función el recibir, procesar e integrar la información y se interpreta de acuerdo a la sensación del contacto con objeto.
El papel de los nuestros sentidos es fundamental para captar estímulos sobre todo aquella sensación que se alcanza a percibir de acuerdo al tipo de información que estoy recibiendo y la manera en que la proceso esta información que viene del exterior y la forma como la percibimos. Cada individuo experimenta una sensación diferente ante un determinado estímulo, de acuerdo a la experiencia previa que posea de esta sensación.
Ya que esta puede variar de acuerdo al tiempo y intensidad de contacto con el estimulo, no es lo mismo tocar un acero a temperatura de 365 C”, que uno a 100 C”, la respuesta a esta sensación varía, porque no es el mismo calor en el estímulo recibido.
La información viaja rápidamente hasta el punto donde se es consciente de aquella información recibida, por medio de las conexiones neuronales de nuestro cerebro que hacen posible esta ejecución.
Por lo cual en el caso de los sistemas sensoriales, la transducción se lleva a cabo a través de una serie de pasos mecánicos, como en el caso del oído, del tacto y de los sistemas musculares y cinestésicos. Por otra parte, en la visión, intervienen procesos fotoquímicos entre el contacto del receptor con el estímulo y la generación de los impulsos.
La percepción incluye la interpretación de esas sensaciones, dándoles significado y organización. La organización, interpretación, análisis e integración de los estímulos, implica la actividad no sólo de nuestros órganos sensoriales, sino también de nuestro cerebro.
En ambos procesos se ven involucradas las estructuras cerebrales, para dar una respuesta inmediata al estimulo que es captado por uno de nuestros sentidos, que esto pasa en teoría por diferentes áreas especificas de nuestro cerebro que tienen la función el recibir, procesar e integrar la información y se interpreta de acuerdo a la sensación del contacto con objeto.
El papel de los nuestros sentidos es fundamental para captar estímulos sobre todo aquella sensación que se alcanza a percibir de acuerdo al tipo de información que estoy recibiendo y la manera en que la proceso esta información que viene del exterior y la forma como la percibimos. Cada individuo experimenta una sensación diferente ante un determinado estímulo, de acuerdo a la experiencia previa que posea de esta sensación.
Ya que esta puede variar de acuerdo al tiempo y intensidad de contacto con el estimulo, no es lo mismo tocar un acero a temperatura de 365 C”, que uno a 100 C”, la respuesta a esta sensación varía, porque no es el mismo calor en el estímulo recibido.
La información viaja rápidamente hasta el punto donde se es consciente de aquella información recibida, por medio de las conexiones neuronales de nuestro cerebro que hacen posible esta ejecución.
Por lo cual en el caso de los sistemas sensoriales, la transducción se lleva a cabo a través de una serie de pasos mecánicos, como en el caso del oído, del tacto y de los sistemas musculares y cinestésicos. Por otra parte, en la visión, intervienen procesos fotoquímicos entre el contacto del receptor con el estímulo y la generación de los impulsos.
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