EL YO Y EL ELLO.
“La conciencia es la superficie del aparato anímico”, como ya lo mencionaba la lectura es el primer contacto con el mundo exterior por lo tanto el individuo posee la capacidad de interpretar la información que recibe de acuerdo a su propia realidad y estructura de personalidad.
Por lo que se puede hablar de esa lucha constante entre la sensación y el sentimiento interior que se presentan a la par ante una determinada situación, ante todo existe mayor dificultad para descargar una sensación que ante el yo resulte inaceptable existiendo la fuerza de la energía que no cesa hasta ser descargada de forma total.
“Lo reprimido sólo es segregado tajantemente del yo por las resistencias de represión, pero puede comunicar con el yo a través del ello”, es innegable la fuerza que ejerce el material reprimido que se hace presente a través de la pulsión constante en busca de su liberación lo cual no en todas las ocasiones es aceptado por el consciente por lo que hablamos de una represión cualquiera que fuese la causa para que la percepción del material inconsciente se rechace o acepte por el consciente del individuo.
Si hablamos que en el individuo existe una gran fuerza del superyo de acuerdo a como este lo haya introyectado en sus primeros años, aun en su vida actual puede sufrir regresiones que impidan buscar su realización en su vida cotidiana debido a que la fuerza del yo, es perturbada ante los debes y tienes, pero no se satisface la necesidad presente por la atención que se brinda a la razón o “moral”.
“ La tensión entre las exigencias de la conciencia moral y las operaciones del yo es sentida como sentimiento de culpa”, considero que a lo largo de la historia no ha cambiado en nada la cultura culpigena donde se vive dentro de un eterno complacer a la sociedad, en lo que es correcto o no, ante lo bueno y lo malo, lo peor de todo que esa conciencia del superyo, influye en gran medida en la represión en el individuo, pero también considero que más que nada es esa necesidad del individuo de ponerse barreras porque pocas veces se preocupa por indagar en la validez de las reglas sociales, religiosas o morales, se limita cuando bien le va acatarlas.
“La esencia del alma en un ello, un yo y un superyo,” la estructura de la psique como un todo forman parte de esas pulsiones sexuales o Eros y pulsión de muerte que determinan el desarrollo en el individuo reflejada en su propia personalidad.
“El sentimiento de culpa normal, consciente, no ofrece dificultades a la interpretación; descansa en la tensión entre el yo y el ideal del yo, es la expresión de una condena del yo por su instancia crítica”, es lógico que el ser humano viva en esa lucha constante entre lo que le gustaría ser y lo que es realmente, satisfaciendo esta fantasía por medio de una creencia neurótica por así decirlo ante su propia percepción como individuo en su totalidad, lo que espera que otros le reconozcan como el se ha idealizado.
“
El hombre normal no sólo es mucho más inmoral de lo que cree, sino mucho más moral de lo que sabe”, esta frase me hace reflexionar en lo que ya mencionaba anteriormente el individuo vive tan preocupado por su mundo exterior el como agradar, o ser importante para los demás, que pierde la noción de su interior y sus propias necesidades.
“La conciencia es la superficie del aparato anímico”, como ya lo mencionaba la lectura es el primer contacto con el mundo exterior por lo tanto el individuo posee la capacidad de interpretar la información que recibe de acuerdo a su propia realidad y estructura de personalidad.
Por lo que se puede hablar de esa lucha constante entre la sensación y el sentimiento interior que se presentan a la par ante una determinada situación, ante todo existe mayor dificultad para descargar una sensación que ante el yo resulte inaceptable existiendo la fuerza de la energía que no cesa hasta ser descargada de forma total.
“Lo reprimido sólo es segregado tajantemente del yo por las resistencias de represión, pero puede comunicar con el yo a través del ello”, es innegable la fuerza que ejerce el material reprimido que se hace presente a través de la pulsión constante en busca de su liberación lo cual no en todas las ocasiones es aceptado por el consciente por lo que hablamos de una represión cualquiera que fuese la causa para que la percepción del material inconsciente se rechace o acepte por el consciente del individuo.
Si hablamos que en el individuo existe una gran fuerza del superyo de acuerdo a como este lo haya introyectado en sus primeros años, aun en su vida actual puede sufrir regresiones que impidan buscar su realización en su vida cotidiana debido a que la fuerza del yo, es perturbada ante los debes y tienes, pero no se satisface la necesidad presente por la atención que se brinda a la razón o “moral”.
“ La tensión entre las exigencias de la conciencia moral y las operaciones del yo es sentida como sentimiento de culpa”, considero que a lo largo de la historia no ha cambiado en nada la cultura culpigena donde se vive dentro de un eterno complacer a la sociedad, en lo que es correcto o no, ante lo bueno y lo malo, lo peor de todo que esa conciencia del superyo, influye en gran medida en la represión en el individuo, pero también considero que más que nada es esa necesidad del individuo de ponerse barreras porque pocas veces se preocupa por indagar en la validez de las reglas sociales, religiosas o morales, se limita cuando bien le va acatarlas.
“La esencia del alma en un ello, un yo y un superyo,” la estructura de la psique como un todo forman parte de esas pulsiones sexuales o Eros y pulsión de muerte que determinan el desarrollo en el individuo reflejada en su propia personalidad.
“El sentimiento de culpa normal, consciente, no ofrece dificultades a la interpretación; descansa en la tensión entre el yo y el ideal del yo, es la expresión de una condena del yo por su instancia crítica”, es lógico que el ser humano viva en esa lucha constante entre lo que le gustaría ser y lo que es realmente, satisfaciendo esta fantasía por medio de una creencia neurótica por así decirlo ante su propia percepción como individuo en su totalidad, lo que espera que otros le reconozcan como el se ha idealizado.
“
El hombre normal no sólo es mucho más inmoral de lo que cree, sino mucho más moral de lo que sabe”, esta frase me hace reflexionar en lo que ya mencionaba anteriormente el individuo vive tan preocupado por su mundo exterior el como agradar, o ser importante para los demás, que pierde la noción de su interior y sus propias necesidades.
No hay comentarios:
Publicar un comentario